VIKTOR KORCHNOI (1931-2016)

6 de junio de 2016, paso a la Inmortalidad de Víktor Korchnoi. Luchador en la vida y en el tablero. Campeón Mundial sin Corona. Rival complicadísimo para cualquier genio, hasta para el apreciado "Misha" Tahl.

EL INMORTAL VIKTOR KORCHNOI

Según el propio Kasparov en 2008: "Muchos  de los nacidos en los años 30 y 40 hace tiempo que han dejado de jugar, pero Korchnoi, incluso a comienzos del siglo veintiuno sigue compitiendo en torneos, y los jóvenes harán bien en envidiar su energía, sus ansias de batalla y su capacidad de entrega en el tablero". 

"Sus mejores cualidades: capacidad adecuada para reaccionar en momentos cambiantes, planteamiento de problemas que eran más desagradables para sus oponentes a nivel psicológico, y un cálculo preciso en los momentos críticos"

Toda su vida se ha encontrado en la vanguardia del pensamiento ajedrecístico , en  su permanente búsqueda de la verdad ajedrecística. Desde sus inicios, la forma de jugar de Korchnoi era provocar el fuego enemigo, aceptando sacrificios y luego explotando magistralmente las debilidades que habían surgido en la posición. Este estilo extremadamente arriesgado le valió la reputación de ser un oponente incómodo para cualquier gran maestro, incluidos a los campeones mundiales. Un Maestro del Contraataque. 

Insólita "posición" presentada por Víktor en 1978 contra Tolia...  

La "Bestia Negra" de Tal: Es bien sabido que para Tal, Korchnoi siempre fue el rival más difícil. A Tal le gustaba sacrificar y apoderarse de a iniciativa, pero eso no molestaba a Korchnoi, quien aceptaba con gusto “todo lo que se le ofrecía” , se defendía tenazmente y se lanzaba al contraataque. En partidas serias, Viktor Korchnoi venció a Mikhail Tal por 13 a 4, con 27 tablas. El mismo Tal decía que sufría de "korchnoitis"

Viktor Korchnoi, ¡todo un ganador!

Viktor el Juez: Korchnoi tenía gran autoridad en su ciudad natal, Leningrado (hoy San Petersburgo): cuando en un torneo se producía un conflicto, los participantes no se dirigían al árbitro ¡sino a Viktor! Y su veredicto ponía fin a la discusión.