HISTORIA
DEL AJEDREZ EN LA REPÚBLICA ARGENTINA
1. EL TORNEO INTERNACIONAL DE PARÍS 1924
1.1 El Primer Equipo Argentino de Ajedrez logra
la hazaña en Europa
El primer equipo nacional que jugó en el exterior fue el que
participó en el Torneo Internacional de París en el año 1924. Anteriormente
equipos argentinos habían jugado sin salir del país vía telegráfica contra
otras naciones, o jugadores argentinos habían participado en otros países como
en los campeonatos sudamericanos de forma individual.
El equipo argentino estaba conformado por:
ROBERTO GRAU, DAMIÁN RECA, LUIS PALAU Y VALENTÍN FERNÁNDEZ CORIA
(1).
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Equipo Argentino de Ajedrez en París 1924 |
Argentina consigue un notable Cuarto Puesto, y por lo notable se
explicará en seguida: debido a lo oneroso de esta empresa, no se contaba con
capitán de equipo; sólo fueron los cuatro con poco dinero. Único país
representante de Sudamérica, era el equipo que más kilómetros había viajado
para participar de este importante Torneo; durante el largo viaje de ida en
buque, se entrenaron rigurosamente ante el vaivén de las olas oceánicas. Sin
embargo, la presencia de los argentinos fue extraordinaria. Nadie en Europa conocía
a estos cuatro cruzados que - sin
medios ni experiencia - peregrinaron para enfrentar a muchos grandes del
ajedrez mundial, llegando a lo asombroso: que Grau venciera al gran Max Euwe (futuro
Campeón Mundial) y que Alexander Alekhine (Campeón Mundial tres años después)
manifestara su sorpresa diciendo "¡Así
se juega al ajedrez!". Tal vez no se envió al equipo más fuerte, que según
los entendidos podía reforzarse con Illa y/o Villegas si las circunstancias
eran más favorables, lo que hubiera reportado mayor cantidad de puntos para
Argentina. El mismo Alekhine, como presidente de los jueces del Torneo,
organizó el complicado fixture de los
encuentros y mientras los jugadores de otros países ganaban puntos por
incomparecencia, los jugadores argentinos tuvieron que jugar todas las rondas,
las 2 veces diarias reglamentarias; y si les tocaba además jugar partidas
suspendidas, jugaban un total de hasta 12 horas diarias, lógicamente sin reposo
suficiente. Es más: si hubieran tenido la misma ventaja que aquellos países,
Argentina hubiera ocupado como mínimo el tercer puesto, como era de comentario
general en Francia. Al no tener fechas libres, descansaban muy poco y la falta
de un capitán le restaba fuerza al equipo para analizar las partidas
suspendidas o preparar aperturas. El hotel en donde se alojaban era muy modesto
y disponían de poco dinero para “subsistir” en el costoso París.
Ante las perspectivas mencionadas, las probabilidades de la representación argentina disminuían, pues primaba más la resistencia física que la calidad del juego. Aun así ocuparon por varias rondas el primer y el segundo lugar, siendo sobrepasados al final como se mencionó por la ganancia de puntos de otros países – como Italia y especialmente Suiza – cuyos rivales no jugaron y ubicándose en puestos más altos que los realmente merecidos.
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Postal de París, 1924 |
Ante las perspectivas mencionadas, las probabilidades de la representación argentina disminuían, pues primaba más la resistencia física que la calidad del juego. Aun así ocuparon por varias rondas el primer y el segundo lugar, siendo sobrepasados al final como se mencionó por la ganancia de puntos de otros países – como Italia y especialmente Suiza – cuyos rivales no jugaron y ubicándose en puestos más altos que los realmente merecidos.
Por ello
esta incursión en Europa superaron las expectativas de los propios jugadores y
aficionados, que los recibieron en Buenos Aires como verdaderos héroes de una
hazaña titánica.
Así transcurrieron los hechos, para rendirles homenaje con
orgullo…
1.2 Participantes y condiciones del Torneo Internacional de París. El origen
de la FIDE
El desarrollo del ajedrez en el mundo se hacía cada vez más
cosmopolita; el primer torneo internacional por equipos fue el Torneo Internacional
de París, del 12 al 20 de julio de 1924, por iniciativa de la Federación
Francesa de Ajedrez, en ocasión de la VIII Olimpíada. También llamado el Torneo
de las Naciones, el equivalente a las actuales ‘Olimpiadas de Ajedrez’. Luego
de este Torneo Olímpico oficioso se funda en esta misma ciudad la FIDE
(Federación Internacional de Ajedrez, por sus siglas en francés). 

No había antecedentes en la Historia Mundial del Ajedrez en donde se haya
celebrado un Torneo de la
magnitud de éste, exceptuando los de Maestros, y aún
así ninguno de ellos había reunido
la representación de tantos países: Argentina, Bélgica, Canadá, Checoslovaquia,
España, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Hungría, Irlanda, Italia,
Letonia, Polonia, Rumania, Rusia, Suiza y Yugoslavia;
es decir 18 naciones. El torneo es por eliminación, dado el
corto espacio de tiempo en que debe decidirse. Figuran
entre
los inscriptos jugadores de renombre como Blake, Golmayo, Euwe, Balla, Rosselli
del Turco y Hromadka, entre otros “aficionados” o “amateur”, ya que no podían participar
ajedrecistas “profesionales”.
La
calificación de "amateurs" fue uno de los puntos más discutidos. La
carta olímpica vedaba hacer una profesión del deporte, y quienes lo hicieran o
recibieran una compensación monetaria o de cualquier orden, eran eliminados de
los cuadros "amateuristas", no admitiéndolos en las competiciones
reservadas a los verdaderos aficionados, vale decir, a quienes no recibieron
ayuda de ningún orden. La carta olímpica obligaba a mantener en todos los
detalles la norma amateurista, mientras el ajedrez se anexara a las citas que
cada cuatro años realizaba el deporte físico. De acuerdo con ese concepto
"amateurista" se realizó el Torneo Internacional de la VIII Olimpíada
y uno de los objetos principales de su realización fue seleccionar el campeón
mundial "amateur", que debía salir del certamen entre los vencedores
de las pruebas preliminares, siendo la otra finalidad la clasificación por
naciones, que se iba a obtener sumando todos los puntos alcanzados por los
representantes respectivos. Finalmente el campeón mundial "amateur"
resultó ser el ajedrecista letón Hermanis Matisons (o Mattison), nacido en
Riga, el 28 de diciembre de 1894.
Argentina consigue un notable Cuarto Puesto, y por lo notable se
explicará en seguida: debido a lo oneroso de esta empresa, no se contaba con
capitán de equipo; sólo fueron los cuatro con poco dinero. Único país
representante de Sudamérica, era el equipo que más kilómetros había viajado
para participar de este importante Torneo; durante el largo viaje de ida en
buque, se entrenaron rigurosamente ante el vaivén de las olas oceánicas. Sin
embargo, la presencia de los argentinos fue extraordinaria. Nadie en Europa conocía
a estos cuatro cruzados que - sin
medios ni experiencia - peregrinaron para enfrentar a muchos grandes del
ajedrez mundial, llegando a lo asombroso: que Grau venciera al gran Max Euwe (futuro
Campeón Mundial) y que Alexander Alekhine (Campeón Mundial tres años después)
manifestara su sorpresa diciendo "¡Así
se juega al ajedrez!". Tal vez no se envió al equipo más fuerte, que según
los entendidos podía reforzarse con Illa y/o Villegas si las circunstancias
eran más favorables, lo que hubiera reportado mayor cantidad de puntos para
Argentina. El mismo Alekhine, como presidente de los jueces del Torneo,
organizó el complicado fixture de los
encuentros y mientras los jugadores de otros países ganaban puntos por
incomparecencia, los jugadores argentinos tuvieron que jugar todas las rondas,
las 2 veces diarias reglamentarias; y si les tocaba además jugar partidas
suspendidas, jugaban un total de hasta 12 horas diarias, lógicamente sin reposo
suficiente. Es más: si hubieran tenido la misma ventaja que aquellos países,
Argentina hubiera ocupado como mínimo el tercer puesto, como era de comentario
general en Francia. Al no tener fechas libres, descansaban muy poco y la falta
de un capitán le restaba fuerza al equipo para analizar las partidas
suspendidas o preparar aperturas. El hotel en donde se alojaban era muy modesto
y disponían de poco dinero para “subsistir” en el costoso París. Ante las perspectivas mencionadas, las
probabilidades de la
representación argentina disminuían, pues
primaba más la resistencia física que la
calidad del juego. Aun así ocuparon por varias rondas el primer y el segundo
lugar, siendo sobrepasados al final como se mencionó por la ganancia de puntos
de otros países – como Italia y especialmente Suiza – cuyos rivales no jugaron y ubicándose en
puestos más altos que los realmente merecidos.
Por ello
esta incursión en Europa superaron las expectativas de los propios jugadores y
aficionados, que los recibieron en Buenos Aires como verdaderos héroes de una
hazaña titánica.
Así transcurrieron los hechos, para rendirles homenaje con
orgullo…
1.2 Participantes y condiciones del Torneo Internacional de París. El origen
de la FIDE
El desarrollo del ajedrez en el mundo se hacía cada vez más
cosmopolita; el primer torneo internacional por equipos fue el Torneo Internacional
de París, del 12 al 20 de julio de 1924, por iniciativa de la Federación
Francesa de Ajedrez, en ocasión de la VIII Olimpíada. También llamado el Torneo
de las Naciones, el equivalente a las actuales ‘Olimpiadas de Ajedrez’. Luego
de este Torneo Olímpico oficioso se funda en esta misma ciudad la FIDE
(Federación Internacional de Ajedrez, por sus siglas en francés).
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Logo de la FIDE |
No había antecedentes en la Historia Mundial del Ajedrez en donde se haya
celebrado un Torneo de la
magnitud de éste, exceptuando los de Maestros, y aún
así ninguno de ellos había reunido
la representación de tantos países: Argentina, Bélgica, Canadá, Checoslovaquia,
España, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Hungría, Irlanda, Italia,
Letonia, Polonia, Rumania, Rusia, Suiza y Yugoslavia;
es decir 18 naciones. El torneo es por eliminación, dado el
corto espacio de tiempo en que debe decidirse. Figuran
entre
los inscriptos jugadores de renombre como Blake, Golmayo, Euwe, Balla, Rosselli
del Turco y Hromadka, entre otros “aficionados” o “amateur”, ya que no podían participar
ajedrecistas “profesionales”.
La
calificación de "amateurs" fue uno de los puntos más discutidos. La
carta olímpica vedaba hacer una profesión del deporte, y quienes lo hicieran o
recibieran una compensación monetaria o de cualquier orden, eran eliminados de
los cuadros "amateuristas", no admitiéndolos en las competiciones
reservadas a los verdaderos aficionados, vale decir, a quienes no recibieron
ayuda de ningún orden. La carta olímpica obligaba a mantener en todos los
detalles la norma amateurista, mientras el ajedrez se anexara a las citas que
cada cuatro años realizaba el deporte físico. De acuerdo con ese concepto
"amateurista" se realizó el Torneo Internacional de la VIII Olimpíada
y uno de los objetos principales de su realización fue seleccionar el campeón
mundial "amateur", que debía salir del certamen entre los vencedores
de las pruebas preliminares, siendo la otra finalidad la clasificación por
naciones, que se iba a obtener sumando todos los puntos alcanzados por los
representantes respectivos. Finalmente el campeón mundial "amateur"
resultó ser el ajedrecista letón Hermanis Matisons (o Mattison según otros), nacido en
Riga, el 28 de diciembre de 1894.
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Participantes de París 1924 |
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