20/7/14

Janowski y el azar



Monte Carlo 1901
 
Marshall (izq), Nardus (med) y Janowski (der)

Janowski era adicto a los juegos de azar, y en Monte Carlo en 1901 perdió a su primer premio de dinero en el casino  esa misma noche el torneo terminó.  De alguna manera Janowski convenció al rico  artista holandés Leo Nardus que era el jugador más grande que el   mundo jamás había  visto, y logró que Nardus proporcionar suficientes sumas para, no uno, sino dos  encuentros por  el campeonato del mundo con Lasker. El astuto Lasker, a sabiendas de algo bueno  cuando  él lo vio, logró  empatar    una preliminar de cuatro partidas de exhibición  contra Janowski, pero luego procedió a  aplastarlo 7 a 1 y 8-0 (En  1909 y 1910), cuando el verdadero  dinero estaba en juego. El ajedrez de Janowski se deterioró notablemente después  Primera Guerra Mundial    y murió solo y pobre; se recaudó una suma de dinero para evitar que sea enterrado en una fosa común.


13/7/14

EL TRISTE FINAL DE SCHLECHTER


Schlechter fue el ajedrecista más notable de  ser víctima de la Primera Guerra Mundial. Sin el conocimiento de sus amigos,   se enfermó de desnutrición durante la  hambruna del  invierno  en  1918 y murió, literalmente, de hambre.

6/7/14

Akiba Rubinstein y su ego


Akiba Rubinstein ya estaba evidenciando  signos de un excéntrico  comportamiento:  en la última ronda,  y necesitando sólo un empate para hacerse con el primer lugar, rechazó una oferta de tablas ofrecida por  Wolf a principios  de la partida.    Ellos continuaron,  y Rubinstein forzó a   Wolf a entrar   en una combinación de mate. Luego, para  el asombro de todos, Rubinstein cambió varias piezas,  quedando  una posición estéril. 
 A continuación,  le  ofreció tablas, que por supuesto, fueron  aceptadas. Cuando se le preguntó  por qué no  aceptó  la primera oferta  de tablas, y luego por qué no le dio mate a Wolf,  Rubinstein  respondió:    "¡Con  Wolf,  ofrezco tablas cuando  yo  quiero, no cuando él quiere!"