10/8/18

LA ÚLTIMA PARTIDA, por Salo Flor.

LA ÚLTIMA PARTIDA

Por Salo Flor, Gran Maestro

Salo Flor
Cuando en 1954 los ajedrecistas soviéticos llegamos en avión a buenos Aires, muchos de nosotros nos apresuramos a visitar esa misma tarde el gran Club Argentino de Ajedrez, donde en el año 1927 contendieran A. Alekhine y J. Capablanca en el match para la disputa del título mundial. La mesita y las figuras con que jugaron los dos famosos maestros son el orgullo del Club.
En el match URSS-Argentina, en esa mesita y con estas figuras tuvieron el honor de jugar D. Bronstein y M. Najdorf.
En los medios ajedrecísticos se dudaba de que Alekhine pudiera vencer seis veces al cubano. Eran también muchos los que no creían que Capablanca fuera capaz de ganar seis partidas a Alekhine.
Empero, al cabo de  75 días de difícil pugna, las agencias telegráficas de Buenos Aires daban la siguiente noticia: “Alekhine está a punto de alcanzar su objetivo”.
Y así fue. Al día siguiente, Capablanca se dio por vencido en la 34º partida, que había quedado aplazada. ¡Final! Triunfó Alexander Alekhine por 6-3 (25 tablas). Ofrece interés que Capablanca abandonara en la 34º partida y felicitara al nuevo campeón por escrito. Manera un poco extraña de congratular…
La formidable victoria de Alekhine puede calificarse de histórica. El genio resultó triunfador frente a la técnica de Capablanca, al que se llama ajedrecista autómata.
El acto oficial para la proclamación del campeón tuvo lugar en un banquete el 9 de diciembre. Capablanca no asistió. Fue un gesto poco fino por parte del diplomático de Cuba. Ni palabra, ni por escrito oyó la opinión pública de Capablanca la frase tradicional de “¡Viva el nuevo campeón del mundo!”
Como testigo, puedo certificar que cuando en 1935 cedió el cetro (por dos años nada más) al gran maestro Max Euwe, Alekhine exclamó en voz alta: “¡Viva el doctor Euwe, nuevo campeón del mundo!”
Bien pronto, a poco de terminar el duelo en Buenos Aires, comenzó una enérgica ofensiva en….¡el papel!
En las publicaciones mundiales de ajedrez aparecieron cartas en las que el cubano exigía la revancha. Se sucedían desafíos y las “notas diplomáticas” de ambos maestros con frecuencia con tono áspero. En fin, se convirtieron en enemigos de verdad.
Lo que ocurría es que Capablanca deseaba modificar las condiciones en el aspecto del juego y en el sentido material. Alekhine rechazaba con razón esta exigencia insistiendo que el match revancha se disputara en las mismas condiciones que el de 1927.
Pasaron nueve años desde el match de Buenos Aires. Y por fin se celebró un torneo con la participación de ambos maestros. Fue en el año 1936, en Nottingham. La partida despertó enorme interés. Los rivales empezaron por no saludarse. Después, Capablanca hizo la primera jugada y…se alejó del tablero. A su vez, Alekhine hizo lo propio. Así, de esta forma original, transcurrió toda la partida y los numerosos fotógrafos que asistían al encuentro no consiguieron sacar ninguna foto siquiera de los dos maestros juntos frente al tablero.
La partida fue ganada por Capablanca y en la prensa se promovió de nuevo gran alboroto en torno al match revancha, máxime que el cubano había actuado con éxito en el importante torneo compartiendo los dos primeros puestos con M. Botvinnik.
¡Pero el match revancha no llegó a celebrarse!
En la vida del hombre suelen darse muchos casos de interés, imprevistos. ¡Acaso no fue una ironía del destino que en el torneo de los ocho grandes maestros celebrados en 1938 en Holanda, por capricho del sorteo de enfrentarse Capablanca y Alekhine el 19 de noviembre, fecha en que el cubano cumplía los cincuenta años!
Jamás olvidaré ese día en la pequeña ciudad holandesa de Arnhem. Media hora antes de comenzar la rueda encontré a Alekhine en la peluquería.
-Muy bien, hoy hay que arreglarse como es debido- le dije.
El campeón del mundo me repuso breve y todo nervioso:
-Me esforzaré en que la cosa transcurra sin solemnidades.
Sólo más tarde comprendí el sentido de sus palabras.
Al comienzo de la velada, el público felicitó a Capablanca: flores, regalos, discursos. En general, el acto resultó agradable. Sólo Alekhine llegó con retraso. ¿Fortuito? Es difícil decirlo. Posiblemente recordara la ausencia de Capablanca en el banquete de 9 de diciembre de 1927 en Buenos Aires.
Dio comienzo el juego. A punto fijo que Capablanca estaba predispuesto a hacer tablas para quedar enseguida libre y celebrar el cumpleaños. Más no es cosa fácil hacer tablas con Alekhine de no quererlo éste.
AVRO 1938
El campeón se mostró muy agresivo y aplastó sin piedad al homenajeado. Al asestar tal derrota amargó por completo la fiesta al cubano que hasta bien entrada la noche no pudo reponerse del descalabro sufrido.
Nosotros, los participantes en el torneo, no podíamos pensar en aquella partida, disputada el día del cumpleaños de Capablanca pasaría a la historia del ajedrez como la última que jugaron entre sí los famosos ajedrecistas.

He aquí cómo transcurrió.  (CLICK EN EL ENLACE)
Aquí las negras consumieron el tiempo reglamentario; pero con el mismo éxito podían haber abandonado.

Reviste curiosidad el hecho de que este triunfo Alekhine igualó el resultado de todos los encuentros con Capablanca. ¡La pugna de un cuarto de siglo finalizó en tablas! Cada maestro tenía en su haber siete victorias y 33 tablas  el total de partidas disputadas por ellos en los diferentes  torneos celebrados en diferentes continentes.





7/8/18

GUIMARD CONOCE A MARÍA ELENA

Guimard, Campeón Argentino
Corre el año 1937, y Guimard en París contempla una mesa del famoso Café La Regence, en la cual jugaba al ajedrez Napoleón. En ese instante se acerca Alekhine, muy jovial. Ambos se saludan alegremente…
-Maestro Alexander ¿Qué le ha pasado? Lo encuentro más joven ¿A qué se debe el cambio?
Responde Alekhine con ojos iluminados.
-¡A María Elena! No saben ustedes lo que María Elena está haciendo por mí…Gracias a ella me siento como si hubiera nacido de nuevo, y gracias a María Elena volveré a enfrentarme con el Doctor Euwe.
-¿Tanto hizo ella por usted, maestro?
-Lo increíble. Vengan a casa y tendré el gran placer de que la conozcan.

Alekhine, Campeón Mundial
Guimard y sus acompañantes están emocionados por la invitación del maestro. Alekhine acaba de pasar por un violentísimo temporal…sentimental. Se ha divorciado, y completamente deprimido, tuvo que enfrentar a Euwe, quien le batió en un dramático match. Con el transcurrir de los meses, el sufrimiento cede y el maestro termina casándose otra vez, suceso que parece rejuvenecerlo 20 años. Cuando Guimard y sus amigos llegan a la casa de Alekhine, donde éste le muestra las salas, obras de arte y cuando llegan a la cocina, alguien le recuerda:
-Todo esto es magnífico maestro, pero usted nos prometió presentarnos a la responsable de su rejuvenecimiento, a su resurrección…
-¡Allá vamos, queridos amigos!

Responde Alekhine, que acto seguido abre una puerta de la cocina, y agrega:
-Aquí tienen a María Elena. ¡Gracias a ella, Alekhine ha vuelto a ser lo que era!