17/5/15

Kotov: Consejos sobre cuestiones Varias

Ajedrez y vida
La gente aprende a jugar al aje­drez a edades diferentes, pero sobre todo, la mayoría, cuando son chicos o jóvenes. Llegan a sentirse muy in­teresados y pasan todo su tiempo libre jugando. Luego, para algunos la atracción disminuye, mientras que para otros su amor por el juego se incrementa con el tiempo. Es del último grupo de donde normalmen­te nosotros sacamos los jugadores de primera categoría, y luego nuestros candidatos a maestros y grandes maestros.
¿Qué debería hacer un joven cuando ha ganado el título de maes­tro candidato? Después de todo, la vida exige que él cumpla sus obligaciones de estudiar y trabajar. ¿Dón­de se encuadra el ajedrez? Una consi­derable experiencia demuestra que el ajedrez no está incluido en el camino de esas obligaciones. No es difícil combinar la atracción por el ajedrez con el trabajo y el estudio. Mi propia experiencia fue que el ajedrez no sólo no estorbó mis estu­dios en el colegio y en la escuela, sino que incluso demostró ser una ayuda, ya que él jugaba un papel en el desarrollo de las costumbres del pen­samiento lógico.
Smyslov (izq) y Bondarevsky (der)
¿Puede el ajedrez ser una profe­sión? Una vez, en Bulgaria, un di­rector de orquesta preguntó a Bondarevsky; "Dígame, Gran Maestro, ¿tiene alguna profesión?". Bondarevsky sonrió y a su vez le plantea la pregunta: "¿La tiene usted?" El di­rector comprendió que su pregunta no había tenido mucho tacto y se disculpó.
Nosotros somos de la firme opi­nión de que una persona puede de­dicar todos sus esfuerzos al juego durante toda su vida. El ajedrez ha llegado a merecer esto. Como apun­ta Botvinnik: "El ajedrez no es in­ferior al violín en nada, y nosotros tenemos un gran número de violinis­tas profesionales". Al mismo tiempo, sin embargo, deseo advertir al joven lector que cuando esté dando sus primeros pasos en el gran mundo, no deberla renunciar a su trabajo, y estudios a causa de concentrarse sólo en ajedrez.
¡Cuán a menudo me he topado con los llamados "talentos no reco­nocidos''! ¡Qué pobre opinión mere­cen! El único enfoque conecto es combinar el trabajo con sus activida­des en ajedrez. Sólo cuando usted consiga que se le conozca y llegue a ser un Gran Maestro, podrá dedicar­se por entero al arte del ajedrez. Aun entonces, sin embargo, la decisión exige que se piense seriamente; está todavía lejos de ser fácil el que usted y su familia dependan de los azares del juego de torneo. Por otra parte, hay varios ejemplos de jugadores que son capaces, de uno u otro modo, de continuar ejerciendo la profesión elegida y conseguir todavía excelentes resultados en los torneos.
Los factores del éxito
El siguiente comentario del cam­peón del mundo Alekhine es muy conocido: "Yo considero que hay factores necesarios para el éxito. Lo primero de todo, un conocimiento de las fuerzas y las debilidades; lue­go, un conocimiento de las fuerzas y debilidades del oponente, y, final­mente, un objetivo más alto que una pasajera satisfacción. Yo veo este objetivo como el deseo de conseguir los valores científicos y artísticos que colocan al ajedrez a nivel de algunas de las otras artes".
Vamos a considerar estos tres fac­tores, comenzando por el último. El lector comprenderá a duras penas lo que significa. Yo he tenido ocasión de ver justo lo contrarío, cuando en un Palacio Pionero un jugador, dan­do una exhibición de simultáneas, ha puesto una pieza en "en prise". Su joven oponente, deseoso de ganar, la captura y consigue grandes alabanzas del entrenador. Eso difícilmente, se puede llamar un alto objetivo. Pero nosotros conocemos la entrega desinteresada al juego de un conjun­to de destacados jugadores, tales co­mo Riumin, Ragozin y Simagin, pa­ra los cuales la calidad de la partida que estaban jugando era un factor más importante que el resultado. Aquí es donde ellos ven la verdadera importancia de sus esfuerzos, y éste es el ejemplo que todos nosotros de­beríamos seguir.

Conozca a su oponente
Los Grandes Maestros están muy bien informados sobre los fuertes oponentes con los que se enfrentan con frecuencia en acontecimiento de primera clase. Cuando yo acostum­braba a tomar parte en los aconteci­mientos clasificatorios para el Cam­peonato del Mundo, llevaba un ar­chivo especial para cada oponente, y hasta donde podía conocía también la práctica que seguían otros grandes maestros. Estos archivos contienen un sumario de las características del jugador y la opinión de uno mismo sobre los puntos en los que hay que concentrarse, a la vista de su fuerza y de sus puntos débiles.
Se dedica mucha atención a las partidas del oponente. Hay que estu­diarlas todas y sacar conclusiones. Estas conclusiones se añaden luego al archivo. Entonces usted puede pla­near las aperturas y las variantes que adoptará la próxima vez que se en­frente a él. La experiencia anterior de las partidas entre ustedes ha de ser considerada corno una guía parael siguiente encuentro, y debe inten­tar estudiar cuál será su actitud en­tonces y en qué forma está él.
Usted hace una nota de cómo él se conduce durante una partida y si tiene alguna debilidad como jugador de torneo. De este modo, por ejem­plo, es bien sabido que Yefim Geller y Mikhail Tal pierden una partida al principio del torneo, pero esto sólo aviva sus instintos de lucha y juegan con redoblado vigor. Por otra parte, Szabo reacciona mal al perder, y una vez que ha perdido su primera parti­da en un torneo, su juego baja.
Este conocimiento de su oponente no sólo como jugador, sino también como persona, es muy importante. A menudo he oído de Botvinnik nota­bles y profundos comentarios sobre sus compañeros grandes maestros. Hablando de las maravillosas victo­rias de torneo de Korchnoi, dijo una vez: "Korchnoi es un maravilloso lu­chador de torneo. Va por el enemigo directamente, pero al mismo tiempo rara vez deja de descubrir los erro­res" Esla frase, "rara vez deja de descubrir los errores", es una sutil descripción de la exactitud, que Korchnoi consigue combinar con su juego luchador.
Botvinnik comentó de Petrosian: "Tiene el raro don de colocar sus piezas de tal Forma, que siempre se defiendan unas a otras". De un gran maestro alto, dijo: "El es muy afi­cionado a las jugadas largas". Una vez, en una sesión de entrenamiento, estábamos analizando una posición en la que el blanco tenía los Alfiles en 3D  (d3) y 2CD (b2) apuntando amenazadoramente al Rey negro. El comentario del anterior campeón del mun­do fue: “Esta es la clase de posición que Kotov remataría rápidamente". Pero ésta no era la primera vez que él mostraba un perfecto conocimien­to de mi juego. "Kotov tiene un sen­tido del peligro pobremente desarro­llado", dijo una vez, y entonces com­prendí por qué había sufrido yo tantos reveses. A menudo yo había per­dido partidas en las que tenía un evidente peligro bajo mí nariz, y todavía pensaba que tenía una buena posición. Por eso quería que al­guien me dijera, en el curso de algu­na, que estaba mal y que perdería. ¡Pero, por Dios, no le digan eso a Flohr!
Todos nosotros estudiamos a nues­tro oponente, e intentamos descubrir las posiciones que le gustan y las que no le gustan. También conocemos los signos externos que indican que no le satisface el aspecto de su posi­ción, aunque estos signos varían mu­cho. A algunos jugadores se les po­nen las orejas coloradas, otros em­piezan a tirarse del pelo, otros mue­ven el pie bajo la mesa. Todo esto debe ser conocido y tomado en cuen­ta. En la tensa lucha de una partida de torneo, la más leve señal que le ayude a conocer lo que está pensan­do el oponente es valiosa.
¡Conózcase a sí mismo!
Es importante conocer las caracte­rísticas positivas y negativas de su oponente, pero no es menos impor­tante que conozca también las suyas. Por eso Alekhine se ponía el primero en la lista. Usted no encontrará mucha ayuda en esto preguntando a la gente. Sólo una severa actitud auto­crítica ayudará a un jugador a valo­rar sus puntos fuertes y débiles, y más tarde al proceso de perfecciona­miento de su juego.
Durante este proceso un jugador puede encontrar con que un aspecto de su juego se estanca, mientras que otros se van activando. Para comba­tir esta tendencia de perfección des­proporcionada recomiendo una revi­sión periódica. Yo mismo hice esto cada dos o tres años, y sé que muchos de mis colegas siguen la misma prác­tica.
La revisión consiste en un análisis de todas las partidas que usted ha jugado desde el último examen, y en particular las partidas que perdió, las cuales deben ser examinadas con minuciosidad. Cada jugada debe ser estudiada escrupulosamente, los errores criticados y sacadas las con­clusiones.
En este momento se deberán exa­minar todos los aspectos de la par­tida: cómo juega usted la apertura, su táctica del final, su dominio del medio juego. El sacar conclusiones generales sobre sus principales debi­lidades puede proporcionarle un gran estimulo para posteriores des­arrollos. Hubo un tiempo en que el mismo Botvinnik admite que él tenía poca habilidad para jugar las posi­ciones agudas y complicadas. "Aquí se presentó mi viejo defecto de falla de visión combinatoria", escribió en las anotaciones de una partida, ¡a pesar de que ya era campeón soviético!

Con gran trabajo, consiguió extirpar este defecto, y sus partidas pos­teriores contenían las más intrinca­das y complicadas posiciones. Del mismo modo Bronstein tuvo que tra­bajar duro para mejorar su juego en el final.
Usted también debe conocer sus características positivas y negativas desde el punto de vista de juego de torneo, ¿Cómo reacciona si pierde, cómo se conduce después de que ha cometido una incorrección o un error? ¿Se pone colorado, palidece o puede mantenerse impasible? No debe permitir que su oponente sepa lo que siente.
Ha llegado el momento de decir adiós al lector. ¿Cuáles serán mis últimas palabras? El lector mejorará su juego si supera los defectos que ya hemos indicado, si estudia profun­damente la rica herencia del ajedrez que hemos recibido del pasado y si se impone una rigurosa autocrítica.
Si ahora, querido lector, hace to­do esto, ¡entonces el futuro es suyo!




1953 de izq. a der : Tigran Petrosian, Alexander Kotov
Paul Keres, Yuri Averbakh y Efim Geller




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