15/4/14

Argentina en el Torneo de París 1924 (I)


HISTORIA DEL AJEDREZ EN LA REPÚBLICA ARGENTINA
1. EL TORNEO INTERNACIONAL DE PARÍS  1924
1.1     El Primer Equipo Argentino de Ajedrez logra la hazaña en Europa
El primer equipo nacional que jugó en el exterior fue el que participó en el Torneo Internacional de París en el año 1924. Anteriormente equipos argentinos habían jugado sin salir del país vía telegráfica contra otras naciones, o jugadores argentinos habían participado en otros países como en los campeonatos sudamericanos de forma individual.
El equipo argentino estaba conformado por:
ROBERTO GRAU, DAMIÁN RECA, LUIS PALAU Y VALENTÍN FERNÁNDEZ CORIA (1).
Equipo Argentino de Ajedrez en París 1924
Argentina consigue un notable Cuarto Puesto, y por lo notable se explicará en seguida: debido a lo oneroso de esta empresa, no se contaba con capitán de equipo; sólo fueron los cuatro con poco dinero. Único país representante de Sudamérica, era el equipo que más kilómetros había viajado para participar de este importante Torneo; durante el largo viaje de ida en buque, se entrenaron rigurosamente ante el vaivén de las olas oceánicas. Sin embargo, la presencia de los argentinos fue extraordinaria. Nadie en Europa conocía a estos cuatro cruzados que - sin medios ni experiencia - peregrinaron para enfrentar a muchos grandes del ajedrez mundial, llegando a lo asombroso: que Grau venciera al gran Max Euwe (futuro Campeón Mundial) y que Alexander Alekhine (Campeón Mundial tres años después) manifestara su sorpresa diciendo "¡Así se juega al ajedrez!". Tal vez no se envió al equipo más fuerte, que según los entendidos podía reforzarse con Illa y/o Villegas si las circunstancias eran más favorables, lo que hubiera reportado mayor cantidad de puntos para Argentina. El mismo Alekhine, como presidente de los jueces del Torneo, organizó el complicado fixture de los encuentros y mientras los jugadores de otros países ganaban puntos por incomparecencia, los jugadores argentinos tuvieron que jugar todas las rondas, las 2 veces diarias reglamentarias; y si les tocaba además jugar partidas suspendidas, jugaban un total de hasta 12 horas diarias, lógicamente sin reposo suficiente. Es más: si hubieran tenido la misma ventaja que aquellos países, Argentina hubiera ocupado como mínimo el tercer puesto, como era de comentario general en Francia. Al no tener fechas libres, descansaban muy poco y la falta de un capitán le restaba fuerza al equipo para analizar las partidas suspendidas o preparar aperturas. El hotel en donde se alojaban era muy modesto y disponían de poco dinero para “subsistir” en el costoso París.
Postal de París, 1924

 Ante las perspectivas mencionadas, las probabilidades de la representación argentina disminuían, pues primaba más la resistencia física que la calidad del juego. Aun así ocuparon por varias rondas el primer y el segundo lugar, siendo sobrepasados al final como se mencionó por la ganancia de puntos de otros países – como Italia y especialmente Suiza –  cuyos rivales no jugaron y ubicándose en puestos más altos que los realmente merecidos.
Por ello esta incursión en Europa superaron las expectativas de los propios jugadores y aficionados, que los recibieron en Buenos Aires como verdaderos héroes de una hazaña titánica.
Así transcurrieron los hechos, para rendirles homenaje con orgullo…
1.2   Participantes y condiciones  del Torneo Internacional de París. El origen de la FIDE  
El desarrollo del ajedrez en el mundo se hacía cada vez más cosmopolita; el primer torneo internacional por equipos fue el Torneo Internacional de París, del 12 al 20 de julio de 1924, por iniciativa de la Federación Francesa de Ajedrez, en ocasión de la VIII Olimpíada. También llamado el Torneo de las Naciones, el equivalente a las actuales ‘Olimpiadas de Ajedrez’. Luego de este Torneo Olímpico oficioso se funda en esta misma ciudad la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez, por sus siglas en francés).
 No había antecedentes en la Historia Mundial del Ajedrez en donde se haya celebrado un Torneo de la magnitud de éste, exceptuando los de Maestros, y aún así ninguno de ellos había reunido la representación de tantos países: Argentina, Bélgica, Canadá, Checoslovaquia, España, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Polonia, Rumania, Rusia, Suiza y Yugoslavia; es decir 18 naciones. El torneo es por eliminación, dado el corto espacio de tiempo en que debe decidirse. Figuran entre los inscriptos jugadores de renombre como Blake, Golmayo, Euwe, Balla, Rosselli del Turco y Hromadka, entre otros “aficionados” o “amateur”, ya que no podían participar ajedrecistas “profesionales”.
La calificación de "amateurs" fue uno de los puntos más discutidos. La carta olímpica vedaba hacer una profesión del deporte, y quienes lo hicieran o recibieran una compensación monetaria o de cualquier orden, eran eliminados de los cuadros "amateuristas", no admitiéndolos en las competiciones reservadas a los verdaderos aficionados, vale decir, a quienes no recibieron ayuda de ningún orden. La carta olímpica obligaba a mantener en todos los detalles la norma amateurista, mientras el ajedrez se anexara a las citas que cada cuatro años realizaba el deporte físico. De acuerdo con ese concepto "amateurista" se realizó el Torneo Internacional de la VIII Olimpíada y uno de los objetos principales de su realización fue seleccionar el campeón mundial "amateur", que debía salir del certamen entre los vencedores de las pruebas preliminares, siendo la otra finalidad la clasificación por naciones, que se iba a obtener sumando todos los puntos alcanzados por los representantes respectivos. Finalmente el campeón mundial "amateur" resultó ser el ajedrecista letón Hermanis Matisons (o Mattison), nacido en Riga, el 28 de diciembre de 1894.
Argentina consigue un notable Cuarto Puesto, y por lo notable se explicará en seguida: debido a lo oneroso de esta empresa, no se contaba con capitán de equipo; sólo fueron los cuatro con poco dinero. Único país representante de Sudamérica, era el equipo que más kilómetros había viajado para participar de este importante Torneo; durante el largo viaje de ida en buque, se entrenaron rigurosamente ante el vaivén de las olas oceánicas. Sin embargo, la presencia de los argentinos fue extraordinaria. Nadie en Europa conocía a estos cuatro cruzados que - sin medios ni experiencia - peregrinaron para enfrentar a muchos grandes del ajedrez mundial, llegando a lo asombroso: que Grau venciera al gran Max Euwe (futuro Campeón Mundial) y que Alexander Alekhine (Campeón Mundial tres años después) manifestara su sorpresa diciendo "¡Así se juega al ajedrez!". Tal vez no se envió al equipo más fuerte, que según los entendidos podía reforzarse con Illa y/o Villegas si las circunstancias eran más favorables, lo que hubiera reportado mayor cantidad de puntos para Argentina. El mismo Alekhine, como presidente de los jueces del Torneo, organizó el complicado fixture de los encuentros y mientras los jugadores de otros países ganaban puntos por incomparecencia, los jugadores argentinos tuvieron que jugar todas las rondas, las 2 veces diarias reglamentarias; y si les tocaba además jugar partidas suspendidas, jugaban un total de hasta 12 horas diarias, lógicamente sin reposo suficiente. Es más: si hubieran tenido la misma ventaja que aquellos países, Argentina hubiera ocupado como mínimo el tercer puesto, como era de comentario general en Francia. Al no tener fechas libres, descansaban muy poco y la falta de un capitán le restaba fuerza al equipo para analizar las partidas suspendidas o preparar aperturas. El hotel en donde se alojaban era muy modesto y disponían de poco dinero para “subsistir” en el costoso París. Ante las perspectivas mencionadas, las probabilidades de la representación argentina disminuían, pues primaba más la resistencia física que la calidad del juego. Aun así ocuparon por varias rondas el primer y el segundo lugar, siendo sobrepasados al final como se mencionó por la ganancia de puntos de otros países – como Italia y especialmente Suiza –  cuyos rivales no jugaron y ubicándose en puestos más altos que los realmente merecidos.

Por ello esta incursión en Europa superaron las expectativas de los propios jugadores y aficionados, que los recibieron en Buenos Aires como verdaderos héroes de una hazaña titánica.

Así transcurrieron los hechos, para rendirles homenaje con orgullo…

1.2   Participantes y condiciones  del Torneo Internacional de París. El origen de la FIDE  

El desarrollo del ajedrez en el mundo se hacía cada vez más cosmopolita; el primer torneo internacional por equipos fue el Torneo Internacional de París, del 12 al 20 de julio de 1924, por iniciativa de la Federación Francesa de Ajedrez, en ocasión de la VIII Olimpíada. También llamado el Torneo de las Naciones, el equivalente a las actuales ‘Olimpiadas de Ajedrez’. Luego de este Torneo Olímpico oficioso se funda en esta misma ciudad la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez, por sus siglas en francés).
Logo de la FIDE

No había antecedentes en la Historia Mundial del Ajedrez en donde se haya celebrado un Torneo de la magnitud de éste, exceptuando los de Maestros, y aún así ninguno de ellos había reunido la representación de tantos países: Argentina, Bélgica, Canadá, Checoslovaquia, España, Finlandia, Francia, Gran Bretaña, Holanda, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Polonia, Rumania, Rusia, Suiza y Yugoslavia; es decir 18 naciones. El torneo es por eliminación, dado el corto espacio de tiempo en que debe decidirse. Figuran entre los inscriptos jugadores de renombre como Blake, Golmayo, Euwe, Balla, Rosselli del Turco y Hromadka, entre otros “aficionados” o “amateur”, ya que no podían participar ajedrecistas “profesionales”.
Participantes de París 1924
La calificación de "amateurs" fue uno de los puntos más discutidos. La carta olímpica vedaba hacer una profesión del deporte, y quienes lo hicieran o recibieran una compensación monetaria o de cualquier orden, eran eliminados de los cuadros "amateuristas", no admitiéndolos en las competiciones reservadas a los verdaderos aficionados, vale decir, a quienes no recibieron ayuda de ningún orden. La carta olímpica obligaba a mantener en todos los detalles la norma amateurista, mientras el ajedrez se anexara a las citas que cada cuatro años realizaba el deporte físico. De acuerdo con ese concepto "amateurista" se realizó el Torneo Internacional de la VIII Olimpíada y uno de los objetos principales de su realización fue seleccionar el campeón mundial "amateur", que debía salir del certamen entre los vencedores de las pruebas preliminares, siendo la otra finalidad la clasificación por naciones, que se iba a obtener sumando todos los puntos alcanzados por los representantes respectivos. Finalmente el campeón mundial "amateur" resultó ser el ajedrecista letón Hermanis Matisons (o Mattison según otros), nacido en Riga, el 28 de diciembre de 1894.


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